Comentarios reales de los incas

«En el aposento hallé cinco cuerpos de los Reyes Incas: tres de varón y dos de mujer. Uno de ellos decían los indios que era este Inca Wiraqocha. Mostraba bien su larga edad: tenía la cabeza blanca como la nieve. El segundo decían que era el gran Tupac Inca Yupanki, que fue bisnieto de Wiraqocha Inca. El tercero era Wayna Qhapac, hijo de Tupaq Inca Yupanki y tataranieto del Inca Wiracocha. Los dos últimos no mostraban haber vivido tanto, que, aunque tenían canas eran menos que las del Wiraqocha».

“Hubo un tiempo en que los hombres modelaban su destino empuñando las armas, adiestrados desde niños en el arte de la guerra. Transformaron el mundo a sus necesidades y todo aquello que no se podía nombrar fue nombrado para la memoria de los tiempos. Aquellos hombres y mujeres eran legítimos del Sol: despiadados guerreros, sublimes filósofos y astrónomos que aprendieron a leer el movimiento de las estrellas y el paso lejano de los planetas. Desarrollaron indescifrable conocimiento del que aún podemos nutrir nuestra imaginación. Se establecieron como señores un territorio hostil consolidando un imperio al cual llamaron Tawantinsuyu. Únicos en la destreza de describir su historia en textiles y ceramios. Soberanos enaltecidos por sus extraordinarias hazañas y proezas míticas como envilecidos por sus vicios y ambiciones”.